Tras la llegada del otoño llega los cambios de temperatura, la lluvia, la rutina, los cambios de horarios sumados a la disminución de las horas de luz, el estrés. Todos estos cambios pueden provocarnos cansancio, fatiga y bajada de las defensas, favoreciendo la aparición de gripes y resfriados. Esta sensación se conoce como astenia otoñal.
Pero, ¿por qué sucede esto?
Al disminuir las horas de sol cambian los ritmos vitales, esto hace que haya un desequilibrio. El sol nos aporta hormonas como la melatonina, esta hormona interviene en el sueño, la energía, la regulación de la temperatura, entre otras. Cuando disminuyen las horas de sol se produce más cantidad de esta hormona, lo que hace que sintamos somnolencia, este aumento a su vez genera una bajada de serotonina (la hormona de la felicidad) y es por eso que nos sentimos más tristes. Pero no hay que preocuparse, sus efectos desaparecen en cuanto el organismo se ajusta a estos cambios estacionales, alrededor de tres semanas.
Síntomas
- Mal humor, tristeza o irritabilidad.
- Cansancio físico y psíquico.
- Falta de apetito.
- Disminución de la libido.
- Dificultad de concentración.
¿Cómo prevenirlo?
Con una alimentación equilibrada y unos hábitos saludables, como:
- Los alimentos recomendados pueden ser, alimentos ricos en triptófano, alimentos propios de esta estación y verduras y frutas como las coníferas, la alcachofa, calabacín, calabaza, setas, castañas, cítricos, granadas, …
- Reducir el consumo de productos refinados y dulces. Son aconsejables también infusiones de regaliz o de romero, ya que combaten el agotamiento y elevan el ánimo y si es necesario, algún complemento alimenticio.
- Evita la cafeína, el tabaco y el alcohol.
- Tomar el sol unos minutos al día hace que aumente la serotonina, lo que mejorará nuestro humor.
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